domingo, 20 de marzo de 2011

La importancia de la Actividad.

No sé si te ha pasado, pero yo a veces me quedo como hipnotizada observando hasta que punto está concentrado el actor en doblar ropa limpia; preparar unas verduras o "simplemente" en encontrar algún objeto con urgencia...

En aquellos momentos en que lo ves realizando su actividad de manera automática pero los movimientos no denotan realidad, están carentes de sentimiento; entonces captas que el actor trata de hacer que hace pero que no Hace Verdaderamente.

A veces el actor se centra tanto en su interactuación con el otro personaje/s que se olvida de la importancia de su entorno y de la necesidad  real (Su Necesidad) por la que está realizando esa actividad en concreto y no otra.

Uno aprende de la importancia de la actividad en escena, ya desde las primeras etapas de formación como actor, con los típicos ejercicios de improvisación (ligera) con objetos imaginarios tratando de dotarles de la mayor realidad posible. Recuerdo a Carmen López diciendo: - si vas a hacer un café, valora el tamaño de la cafetera; ¿es italiana o de las modernas?; como la abres; si la limpias; como la llenas; como la cierras… -
Esto no deja de ser un (buenísimo) ejercicio de “conscienciación” de la actividad que realizas. Te fuerza a prestar atención, tanto a tu compañero, como a cada detalle de lo que haces, puesto que nada de lo que tocas está ahí realmente, pero el público (en este caso, el resto de los compañeros) sí ha de ver el objeto con claridad.

Y, por supuesto, están las clasiquísimas Improvisaciones, de las que se hablan en profundidad en el trampolín del actor, y en las que hay siempre, resumiendo mucho: Un Protagonista que quiere obtener algo del Antagonista, el cual está muy ocupado con una Actividad que necesita acabar con urgencia para poderse ir a otro lugar por algún motivo. Estas actividades urgentes para el actor, resultan fundamentales para no conceder el deseo del protagonista, que es en lo que consiste el ejercicio. Obviamente la razón del personaje para no concederlo será de peso para él, por su situación o por su relación con el otro carácter.
Te suena, ¿verdad?

Layton nos habla (brevísimamente) de la importancia de la actividad en su libro:
“¿Qué hago aquí y ahora? Vamos a detenernos en esta pregunta. Vamos A tratar de no pensar y vamos a “hacer”. Vamos a concretar mi acción en escena. Si en cualquier personaje que vayas a incorporar a tu carrera, no logras contestar esta pregunta de una manera clara y concreta, si como actor no sabes lo que tu personaje hace o quiere hacer en cada momento, estarás perdido y todo tu trabajo carecerá de un soporte real y físico. […] La concentración en cosas concretas, difíciles de resolver y urgentes, te ayudará a vivir el momento a momento y a no anticipar. Anticipar es el cáncer del actor.[…]”

Efectivamente es fundamental que el actor defina todas sus acciones, sus porqués; esto sin olvidar que las circunstancias y el entorno modifican la manera de interactuar con las cosas (no coges igual una taza caliente en invierno que en verano, por poner un ejemplo claro).

Hay que tener en cuenta también, que se pueden encontrar actividades de mayor y menor importancia  para la escena y, por tanto, para el actor y el personaje; esto jamás implica que algunas haya que realizarlas peor o mejor que otras, si no que en las que tengan una mayor entidad, habrá que buscar matices más ricos para dotarlas de una realidad completa.

Entre estas actividades, se encuentra la que podriamos definir como “Actividad Conflicto”, y vendría a ser del tipo que veíamos en aquellas improvisaciones. ¿Un ejemplo?: Un personaje femenino tiene (aun) que encontrar un modelito que le sirva porque le van a venir a buscar (ya) para ir a una cena un tanto sofisticada, de trabajo; es su posibilidad de ascender. Pero ella realmente, no tiene demasiado fondo de armario… ¡¿Cómo combinar algo decente para una ocasión así?! Mientras tanto, irrumpe otro personaje, intimo amigo, que empieza a echarle en cara una conversación que tuvieron ayer por la noche de malas maneras; él quiere solucionar esto ya, por que le está carcomiendo por dentro; ella le aprecia mucho, no quiere hacerle daño, pero de verdad que le van a venir a buscar ya…!

Aquí, sería fundamental para ambos actores tener en cuenta dicha urgencia, en los dos ha de provocar reacciones claras y reales, llenas de matices en las miradas o en la búsqueda de los ojos; en los movimientos corporales; en el tono de voz…
Jamás puede dejarse de lado la necesidad del personaje que está creando/provocando un conflicto dentro del Conflicto.

Generalizando un poco, y para no entrar en tierras farragosas, se ha de decir que cualquier actividad tiene que estar intensamente justificada para el actor, el cual ha de tener claro en todo momento por qué y para qué hace lo que hace, dotando así al personaje de sentimientos reales con todo su entorno y sus acciones (Diálogo Interior).

“Ser natural es la más difícil de las poses”
[Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés]

Un abrazo,
Norma López-Sancho

6 comentarios:

  1. Te felicito, espero que sigas escribiendo!

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  2. Unos artículos y un blog muy interesantes. Como autor, aprendo mucho contigo sobre otra disciplina creativa: el arte de actuar.
    Enhorabuena, Norma.
    Un abrazo. Sergio Arrieta

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  3. Enhorabuena, muy buenos puntos de vista sobre la actividad. Un gusto leerte.

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  4. Bravo !! Bravisimo ! excelente ! me gusta !! felicitaciones Norma por tu articulo.

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  5. yo no soy actriz ni pertenezco a este mundillo pero paso por aquí de vez en cuando a ver que ha escrito mi cuñada y la verdad, me encanta! no te creas que también estoy aprendiendo..jejejeje
    Un besazo

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  6. Aunque haya pasado mucho tiempo desde vuestros comentarios, no quiero dejar de daros las gracias a todos. Me hace inmensamente feliz que os gusten mis artículos. Abrazos

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