domingo, 25 de septiembre de 2011

Observación, percepción y consciencia: Los tres pilares del actor

Parte II: Ejercicios

Como se mencionaba en el artículo anterior, para los actores más que para nadie, se hace necesaria una búsqueda activa y consciente, tanto del sentir propio y ajeno, como de todo lo que ocurre alrededor. A esto se llega con una observación reflexiva (consciente).

Y como hay ejercicios para todo, a continuación se plantean algunos con los que empezar; por supuesto no son los únicos, pero serán de gran utilidad a la hora de asentar unas bases que permitan entrenar y desarrollar esta habilidad.

Método del Actor’s Studio: La observación del objeto
Ejercicio 1º. Introducción

Lee Strasberg  fue el cofundador del “Group Theatre”; director artístico del “Actor’s Studio” y fundador del “Lee Strasberg Theatre Institute”.

Su vocación pedagógica lo convirtió en uno de los principales impulsores de lo que se conoce en la actuación como: “El Método”; al menos en los países de habla anglosajona, ya que en Europa se le asigna éste apodo, al archiconocido Stanislavsky (aun así, no hay que olvidar que el primero estuvo claramente influido por el segundo y que muchos actores ingleses y americanos, son usuarios confesos de Constantin S.).

Strasberg trabaja con la memoria emotiva mediante los sentidos.
Ni mucho menos pretende limitarse a rememorar lo “triste o alegre” de los recuerdos, si no más bien rodearlos (en este caso, a través de un objeto significativo para el practicante) hallando así otro tipo de informaciones.

Para Lee S., la concentración no da lugar en los pensamientos abstractos ni en la simple presencia de un objeto, si no que se produce en el momento en que uno se hace preguntas sobre éste.

Como puede deducirse de lo anterior, el ejercicio consiste en “trasladarse” a algún lugar frecuentado por la infancia y concentrarse en un objeto que nos llame la atención y a continuación hacernos preguntas del tipo: ¿qué textura tenía?; ¿Qué tamaño?; etc.

Esto provocará que el actor comience a recordar situaciones relacionadas de forma directa con el objeto y, a medida que transcurre el entrenamiento, otras más indirectas.
El ejercicio te da una doble perspectiva: como te sentías en el momento recordado y como te hace sentir actualmente (más las consecuentes reflexiones sobre la información conseguida).

Más difícil de obtener, es ese vinculo objeto-sentimiento, que se intuye en las palabras de Strasberg; quizás se pueda llegar a crear, pero, a mi entender, solo valdría para casos muy concretos, ya que no podemos tener un objeto para cada mínima variante de emociones; eso sí, podría ser de utilidad como base emocional de la que partir hacia unos sentimientos más precisos, los de la escena.

A parte de las posibilidades que cada uno pueda sacarle a este ejercicio, una de las mayores ventajas que yo le veo, es el entrenamiento de la concentración en ti mismo, en tu propia mente, con la que el actor siempre ha de trabajar. A este respecto  ya decía mucho Stanislavsky en “An Actor Prepares”. He aquí una pequeña selección: 

-          Las mejores emociones vienen de la naturaleza
-          Un actor elige muy cuidadosamente de entre sus recuerdos; teje el alma de la persona que esta tratando de portar, con emociones que significan algo para él.
-          Utiliza tus propios sentimientos, cualquier otra cosa lleva a una actuación falsa.
-          Nunca te pierdas a ti mismo durante la actuación. Siempre actúa en tu propia persona, como artista. Nunca puedes alejarte de ti. El momento en el que te pierdes a ti mismo significa dejar de vivir verdaderamente tu parte para dar comienzo de una actuación falsa
-          Los sentimientos vienen y van rápidamente, hay que confiar en la memoria emotiva para llevar la actuación acabo pero también hay que permitir que las emociones reales vengan y vayan [las del momento de actuar].
-          Has de interpretarte a ti mismo. Pero será en una infinita variedad de combinaciones de objetivos y circunstancias concretas que se han preparado para tu escena y que se habrán fundido en el horno de tu memoria emocional. Este es el mejor material para la creatividad interior.
-          Desarrollar material emocional (memoria)
-          Descubrir métodos para crear un infinito numero de combinaciones de almas humanas, personajes, sentimientos, pasiones para tus escenas
-          Estudia la vida y psicología de la gente a tu alrededor y también en el extranjero.

Respecto a esto Strasberg también decía:
La habilidad de interrumpir el funcionamiento automático de los nervios y músculos para crear la “presencia” (interior)  de un objeto, es parte del proceso de crear una realidad en lugar de imitarla”.

La forma ideal de usar el ejercicio clásico de Lee S., en mi opinión, es ampliarlo no solo a objetos, si no a cualquier recuerdo (personas, sensaciones de luz, de color, olores, etc). Concentrarse en una etapa particular, en algo, en lo que sea, y arrancar desde ahí todos los detalles posibles, aprender al máximo de todo lo que tenemos en nuestro interior para dilucidar, de entre otras cosas, la verdadera acción/reacción en uno mismo.

El ejercicio 1º [paso a paso]:
Uno de los primeros ejercicios que desarrolló el director artístico del Actor’s Studio, antes de que se convirtieran en demasiados, tanto en número como en combinación, es el siguiente:

La idea es encontrar una simple taza de café en casa y llenarla con tu bebida favorita para desayunar y explorar cualquier aspecto sensorial de la taza, por mínimo que sea.
Se trata de que la mente haga las preguntas y los sentidos respondan. Una vez realizada esta parte, hay recrear la taza mentalmente sin tenerla presente como referencia.
Si el resultado final es satisfactorio se podrá ver, tocar, saborear, oír  y oler la taza y el café (o la bebida escogida) como si estuviera realmente delante de uno. Los sentidos recrearán con exactitud la taza y la bebida.

1.  Primero hay que sentarse en una silla y hacer algún que otro ejercicio de relajación.
2.  Una vez relajado, se empieza a explorar la taza con uno de los cinco sentidos.

Ejemplo: Empezando por la vista seria del tipo: ¿Qué tamaño tiene la taza (cómo es de alta/de ancha)?; ¿y la forma?; ¿de que color es?; ¿de que material está hecha?; ¿Cómo de grande es el asidero?; ¿hay dibujos en la taza (¿Qué color, qué forma que tamaño?)?; ¿se ven reflejos de las luces de la habitación (¿dónde, de que color, que intensidad?)?; ¿al asomarme en la taza, cuándo comienzo a ver el líquido?: ¿hay errores en la taza (de que tipo, que tamaño?), etc.

3. Cuando, en este caso, la vista ha respondido a todas las posibles preguntas, hay que repetir el mismo el proceso hasta “consumir” todos los sentidos restantes.

4.  Llegados a este punto uno debe ser capaz de hacerse las mismas preguntas y obtener las mismas respuestas aunque no se tenga la taza presente físicamente.

Este tipo de ejercicios hay que tomárselos con toda la calma del mundo. Cuanto más tiempo se dedique uno a explorar, mayores posibilidades dará para utilizarlo en nuestro trabajo; eso sí, recomiendo encarecidamente, y como en cualquier otro tipo de entrenamiento, empezar poco a poco y aumentar el tiempo progresivamente. Más vale la constancia, que el empacho de un día con su consecuente revuelto durante meses.

La idea es mantener la concentración focalizada 100% en lo que se está haciendo.
Esto es fundamental para cualquier actor ya que si éste no ha desarrollado capacidades de concentración extremadamente fuertes, puede encontrarse con serios problemas a la hora de aplicar todo lo que haya aprendido.

Para el actor es imprescindible estudiar el género humano y el mundo que le rodea para aplicar lo observado de una manera realista y que contenga carga dramática (conflictos).

Por no extenderme largo y tendido (que ya de por si, es inevitable) dejo a la imaginación de cada uno, las miles de posibles variantes que se pueden hacer del ejercicio, tanto en la forma de exploración como de todo aquello que se puede explorar.

La observación en medio de la “selva”
Ejercicio 2º. Introducción

Este es un ejercicio que me encanta y que, en mayor o menor medida, todos hemos realizado a diferentes niveles de profundidad y consciencia/reflexión; pero por lo general, se hace más desestructurado (entiéndase libre), “sin objetivos concretos” y sin un tiempo X marcado (y sin duda, sin “dietario”).
Para estructurarlo, he encontrado un buen planteamiento en Au-Cinema, que tomo prestado pero haciendo alguna que otra modificación (incluso conceptual). Aquí utilizan una cita del libro “El arte escénico” de Stanislavsky para enmarcar el ejercicio:

“Nunca hay que pensar en el teatro como un lugar para un secta especial de gente dedicada. Uno nunca debe mirarlo como un lugar divorciado de la vida. Todos los caminos del esfuerzo creativo humano llevan a una manifestación de la vida como “todos los caminos llevan a Roma”. Y la Roma de cada hombre es una y la misma; todo hombre lleva consigo la totalidad de su genio creativo y vierte todo su ser en la gran corriente de la vida”

El ejercicio 2º [paso a paso]

1º. Se elige un lugar público donde uno pueda sentarse sin ser molestado durante un periodo largo de tiempo (en un café, bar, parque, etc. cualquier lugar donde haya mucha gente). Es conveniente que en el sitio elegido no haya muchas posibilidades de encontrarse con alguien conocido.

2º. Es necesario llevar un cuaderno como “diario”. Éste al principio será una herramienta importante para el ejercicio ya que es muy sencillo olvidar o modificar lo que se ha visto o pensado (ideas, impresiones y sentimientos que ocurren espontáneamente). Es mejor escribir los detalles sin censuras, a medida que se dan.

3º. Una vez instalado en el lugar elegido, poner la alarma para una hora más tarde, de manera que nos olvidemos totalmente del tiempo mientras lo realizamos.

4º. El ejercicio consiste en observar a la gente que tenemos alrededor y escribir las impresiones que recibimos de ellos y de nosotros mismos. Mirar, observar, reflexionar y escribir. No se trata de estar continuamente escribiendo pero sí que será importante reflejar en el diario, sin censuras y honestamente, todo lo observado tanto en los demás como en uno mismo.

5º.  Es bueno comenzar escribiendo lo que se ve alrededor, pero si uno no se encuentra cómodo con esto, se puede empezar por como nos hace sentir el ejercicio y pasar después  a la observación.
Se escribe sobre la gente, sobre quienes pensamos que son, de donde vienen, que hacen, o cualquier aspecto sobre ellos que nos llame la atención. Hay que procurar ver siempre el genio creativo en cada persona y no olvidarse de incluirnos a nosotros mismos en la observación:

Nota sobre el ejercicio: Nunca se sabe como vamos a reaccionar a determinada situación en un determinado momento. Hay que tratar de alejarse de los prejuicios y “formas viejas” de ver las cosas. Hay que descubrir todos estos pre-conceptos e intentar que no nos condicionen y anotarlos al descubrirlos.

Este no es un ejercicio de escritura si no de observación; de forzarse a uno mismo en concentrarse en verdades simples por una hora. La idea es escribir lo que se piensa en el momento. Esto es mucho más difícil de lo que uno se puede llegar a imaginar. La gramática no es importante, ni que haya frases completas; lo único que importa es que se escriba la realidad que momento a momento está en nuestra mente.

7º. Cuando suene la alarma, hay que desconectar por unas horas sin leer el diario.

8º. Una vez hayan pasado, se busca un lugar donde podamos concentrarnos y leer sin problemas. Es recomendable hacer algún ejercicio de relajación antes de comenzar para que haya una mayor predisposición para sentirse interiormente.
A medida que se lee, hay que hacerse alguna de las siguientes preguntas:

-          ¿Fui honesto? y si lo fui ¿como me siento sobre ello ahora?
-          Cuando comencé a sentir algo: ¿Qué hice?, ¿investigué el sentimiento más allá o me moví rápidamente a alguna otra cosa?
-          Si alguien pareció notar lo que hacia: ¿Cómo reaccioné?
-          ¿Fui tan lejos con la observación del entorno como podía?
-          ¿Fui capaz de concentrarme en la tarea o fui a la deriva y luego me encontré perdido en mis pensamientos?
-          Y si me pasó esto: ¿Lo admití al escribir u omití esta observación de mi mismo?
-          ¿Deje mis sentimientos interiores y observaciones fuera del ejercicio? Si fue así, ¿por qué hice eso?
-          ¿Juzgo a la gente duramente y tiendo a estereotiparles? Si esto es cierto ¿Cómo voy a retratarlos como actor?

Las respuestas son importantes puesto que de ellas tendremos que desentrañar muchos sentimientos/actitudes pero también lo es el desarrollo de nuestra habilidad para hacernos preguntas.
Estos procesos de observación, reflexión y concentración, como mencionaba antes, son iguales que trabajar un músculo, se hacen fuertes con el uso.

Este tipo de ejercicio se torna muy útil teniendo en cuenta que el actor, sobre todo en Cine y TV, se encuentra rodeado de personas que centran su atención en él mientras la cámara rueda. Por esto se hace necesario contar con una habilidad muy fuerte de concentración, que junto con el uso de los sentidos y el poder de la relajación, permite dejar fluir los sentimientos necesarios para el personaje.




Con la práctica de estas habilidades (y tiempo) el actor logrará hacerse un observador “nato”. Ya no le será necesario un diario, ni realizar X ejercicios, si no que cogerá las estructuras básicas para hacerse preguntas, de manera automática, sobre lo que ve (porqué lo ve así, qué opina al respecto, etc.) ampliando además, la cantidad de datos que puede recoger. Todo se convertirá en un mirar y reaccionar (reflexivamente).

Esto es lo que verdaderamente ayudará al actor en su trabajo, dándole la capacidad de percibir conscientemente todo lo que sucede a su alrededor durante la escena y a la vez, de escucharse a si mismo y, por tanto, le permitirá ofrecer una respuesta genuina y verdadera (sin tender a los tres o cuatro movimientos clásicos que representan “tal” sentimiento)

También cabe mencionar, que al realizar una audición o una lectura previa del guión/obra, tendrá una comprensión mucho más amplia y rica de lo que ocurre en el subtexto.

En realidad, es tan importante tirar de uno mismo para actuar, que así lo predica, de entre tantos, uno de los grandísimos: Michael Shurtleff; del que hablaré si no en el próximo artículo, en el siguiente.

“To look is to learn, if you listen carefully.” Per Arnoldi
[“Mirar es aprender, si escuchas cuidadosamente”]

Un abrazo,
Norma López-Sancho