jueves, 31 de marzo de 2011

La relajación: Una de las grandes armas del actor

¿Quién no ha sentido que su estómago iba a implosionar antes de subirse a un escenario?
Por suerte (o por desgracia para algunos) esto de los nervios es algo que ocurre siempre, por más tablas que tengas. El día que no estén ahí, debe significar que uno ha perdido la ilusión por la interpretación.

Aún recuerdo la primera actuación que hice ante el público; cabe mencionar que por exigencias de la escena, y al ser en el aula de la escuela, tenía los espectadores a escasos dos palmos de mi, con la “tremenda” suerte, de que mis amigas se habían sentado en primera fila. Estaba tan atacada al ocupar mi posición en el escenario, que los nervios me jugaron la pequeña mala pasada de hacer temblar mi voz al decir el texto ¡era imposible de controlar! Por suerte, solo fue esa primera escena.

En general los nervios desaparecen en ese Gran momento en que uno pisa el escenario porque dejas de sentir tu yo, para pasar a hacerlo como personaje; pero todos sabemos que a veces, si no están suficientemente controlados, pueden jugar en tu contra.

Aunque sobre temas de relajación, se encuentra mucha información a lo largo y ancho de toda la Web, me parecía bueno reflejar la importancia de esta llave que permite al actor abrir la puerta hacia la concentración y la imaginación y que es de gran ayuda para ampliar la capacidad de sentir interiormente.
Por esto y por otras muchas situaciones en las que se encuentra el actor durante las diversas etapas de su preparación y la de sus personajes, se hace imprescindible dominar  algunas técnicas de relajación, y por tanto, de respiración, pero no de la respiración en escena ni de la respiración del texto, que eso bien merecería un artículo aparte.

Antes de comenzar con ciertas nociones básicas y ejemplos de los que nos podemos valer, creo que es importante mencionar que esto no es, para nada, una secuencia completa de ejercicios, si no que sólo son ingredientes, para que tu mismo puedas crear tu receta (salada o dulce) puesto que lo mejor, es aprender a escucharse a uno mismo para percibir, en cada momento particular, qué necesita tu cuerpo.

Sin más dilación, vamos a ello y, de paso, ¡desconectamos un poquito!

Posturas
Nociones básicas:

Realices como realices tus ejercicios, será fundamental mantener las mandíbulas relajadas y dejar que, de manera natural, se abra un poquito la boca.

De pie, sentado o tumbado hay que atender siempre a la posición corporal:

  • De pie: Los pies han de estar separados a la altura de los hombros; las rodillas sin clavar, la espalda recta y la pelvis hacia delante; los brazos han de ponerse a los lados, ligeramente separados del cuerpo y con las palmas estiradas pero relajadas; ojos cerrados; sonrisa interior y estamos listos para empezar. Al principio puede parecer un mundo, pero poco a poco se va ganando capacidad para incorporarlo todo.
  • Sentado:
    • Si es en una silla, hay que procurar sentarse cerca del borde para mantener la espalda recta; las manos pueden dejarse reposar sobre las rodillas o un poquito más cerca de los muslos;  por lo demás, las nociones son casi las mismas que estando de pie.
    • Contando con la flexibilidad suficiente y no teniendo problemas en las rodillas (en caso contrario, conviene no hacerlo o al menos calentar durante un buen rato) uno puede sentarse en el suelo y realizar la posición de loto, semi-loto o, simplemente, cruzar las piernas. Para esto será fundamental usar un zafú, o bien algo similar como un cojín gordito o doblado, que nos permitirá mantener la parte baja de la espalda en su lugar.
  • Tumbado:
    • Piernas estiradas y relajadas
    • Piernas flexionadas a 90º apoyándolas desde las corvas hasta los pies en el asiento de una silla (las patas de la misma, lo más pegadas posibles a uno)
    • Piernas flexionadas con los pies en el suelo
Para estas posturas es importante mantener el lumbago bien apoyado en el suelo; separar los brazos del cuerpo con las palmas hacia arriba hasta encontrar la posición en que los omóplatos estén planos en el suelo (si no se cuenta con mucho espacio, se pueden poner las manos en la zona del diafragma  o de la pelvis pero con una separación similar de codos).
Es importante también, alinear la cabeza con la columna y tener las piernas, como siempre, ligeramente separadas.

Distensión de los músculos
Los ejercicios de tensión-distensión del músculo son muy útiles para relajarse al comienzo y te permiten tomar verdadera noción del cuerpo. Se pueden realizar tantas veces como sea necesario:

o         Quizás el más natural es aquel en el que has de percibir qué partes del cuerpo no están relajadas: se tensan los músculos de esa zona y se distienden.
o         También se puede tensar todo el cuerpo (incluidos puños, ojos, cara, pies, etc.) y soltarlo de golpe
o         Los ejercicios anteriores son “activos”, pero también se puede usar el que llaman “pasivo” (todo esto a nivel muscular, claro) y que consiste en relajar las partes que percibas agarrotadas del cuerpo pero esta vez sin tensarlas, tan solo hay que concentrarse en como se van aflojando.

Respiración
Nociones básicas:

De sobra es sabido que hay cientos de ejercicios para la respiración pero, se haga lo que se haga, lo fundamental es concentrarse en el diafragma o, para ser más gráfica, en la parte medio baja de la tripa

Se inspira llenando de abajo hacia arriba, ampliando el diafragma primero, hinchando la caja torácica después y finalizando con la expansión de los hombros.
Al espirar, realizaremos el vaciado al revés, deshinchando primero hombros, pecho, y finalmente, el diafragma. Mucha gente prefiere la media respiración de “estómago”, que por cierto, se usa mucho en las escuelas de teatro, pero la mas completa y que aporta mayor capacidad de oxigeno es, sin dudarlo, esta.

Ejemplos de ejercicios:

o         Respiraciones lentas por la nariz usando los mismos tiempos de inspiración que de espiración. Poco a poco hay que ampliarlos para aumentar la capacidad respiratoria. Al principio es conveniente contar los segundos,  pero cuando te acostumbras, sientes el tiempo de tu respiración.
o         Bastante desestresante es aquella que se utiliza generalmente para finalizar ejercicios de este tipo y que consiste en lo siguiente: Inspirar profundamente cogiendo todo el aire que se pueda pero sin comprimirlo en exceso; sostenerlo un par de segundos y, de golpe, soltarlo por la boca. Se puede realizar varias veces

Trabajar con la respiración y combinarla con colores, es siempre muy efectivo. Este tipo de ejercicios los aprendí en las clases de Chi-kung y con ellos se consigue un estado mental y corporal difícil de explicar con palabras. El ejemplo que voy a poner a continuación es el que nos viene mejor al caso y lo he guardado siempre con mucho celo; es para la relajación instantánea y trabaja con el Chakra 4 (Anahata). Se puede realizar siempre que lo necesites:
-         Inspirar por la nariz profunda y lentamente y siente como una energía de color verde inunda todo tu cuerpo.
-         Al tiempo que inspiras repite mentalmente el sonido “JAM”
-         Efectúa una pausa de unos tres segundos
-         Expulsar el aire por la boca lentamente, al tiempo que mentalmente siente que eliminas todas las tensiones y experimentas una agradable sensación de relajación

Imágenes
Trabajar con imágenes es de lo más recurrido; el color también entraría dentro de esta categoría

Ejemplos de ejercicios:

o         Uno muy agradable es aquel que consiste en trabajar con una pequeña esfera de luz que emite calor y va recorriendo tu cuerpo de forma ordenada. Suele comenzarse por los pies, pero si te gusta más, puedes probar a empezar por la cabeza.
Se desplaza despacio y cuando recorre piernas y brazos, se divide en dos. Hay que concentrarse en esa luz y en el calor que va dejando a medida que pasa. Es preferible tomarse unos cuantos minutos para ir describiéndote a ti mismo en qué lugar exacto está y hacia donde va, la velocidad a la que se mueve, etc. Se trata de sentir por dentro y olvidarse de todo lo demás.
o         Otra imagen muy utilizada es la energía como tal: sentir como la inspiras y al espirar expandirla por todo tu cuerpo. También hay otras variantes como inspirar paz y tranquilidad y expulsar toda la energía negativa a medida que espiras.
o         Genial ejercicio es aquel que consiste en “pasear” por algún lugar hermoso. En esta ocasión hay que concentrarse en definir cada detalle de lo que te rodea; el azul del cielo, la sensación que te produce la hierba fresca sobre tus pies descalzos, los colores de las flores a tu alrededor, el fluir de algún riachuelo, los olores  y sonidos que percibes, etc. Se puede interactuar con ello (cortar y oler una flor, beber del río con tus manos o tal vez sumergir los pies…). Cuando sientas que dicho mundo es completo, busca un lugar confortable donde tumbarte en tu imaginación, y cierra los ojos también allí y entonces, concéntrate en todos los sonidos de tu alrededor (los pájaros, el viento, el riachuelo…).
o         Otro típico ejercicio es dejar que las imágenes fluyan solas, sin intentar modificarlas, obsérvalas al detalle, definirlas mientras estén ahí, concentrarse en ellas.

No hay que olvidar que para los actores, el cuerpo y la mente, son sus herramientas de trabajo, por lo que es recomendable (si no imprescindible) estar habituado al entrenamiento físico y mental de manera que ambas cosas estén siempre dispuestas para la acción.

Un abrazo,
Norma López-Sancho

domingo, 20 de marzo de 2011

La importancia de la Actividad.

No sé si te ha pasado, pero yo a veces me quedo como hipnotizada observando hasta que punto está concentrado el actor en doblar ropa limpia; preparar unas verduras o "simplemente" en encontrar algún objeto con urgencia...

En aquellos momentos en que lo ves realizando su actividad de manera automática pero los movimientos no denotan realidad, están carentes de sentimiento; entonces captas que el actor trata de hacer que hace pero que no Hace Verdaderamente.

A veces el actor se centra tanto en su interactuación con el otro personaje/s que se olvida de la importancia de su entorno y de la necesidad  real (Su Necesidad) por la que está realizando esa actividad en concreto y no otra.

Uno aprende de la importancia de la actividad en escena, ya desde las primeras etapas de formación como actor, con los típicos ejercicios de improvisación (ligera) con objetos imaginarios tratando de dotarles de la mayor realidad posible. Recuerdo a Carmen López diciendo: - si vas a hacer un café, valora el tamaño de la cafetera; ¿es italiana o de las modernas?; como la abres; si la limpias; como la llenas; como la cierras… -
Esto no deja de ser un (buenísimo) ejercicio de “conscienciación” de la actividad que realizas. Te fuerza a prestar atención, tanto a tu compañero, como a cada detalle de lo que haces, puesto que nada de lo que tocas está ahí realmente, pero el público (en este caso, el resto de los compañeros) sí ha de ver el objeto con claridad.

Y, por supuesto, están las clasiquísimas Improvisaciones, de las que se hablan en profundidad en el trampolín del actor, y en las que hay siempre, resumiendo mucho: Un Protagonista que quiere obtener algo del Antagonista, el cual está muy ocupado con una Actividad que necesita acabar con urgencia para poderse ir a otro lugar por algún motivo. Estas actividades urgentes para el actor, resultan fundamentales para no conceder el deseo del protagonista, que es en lo que consiste el ejercicio. Obviamente la razón del personaje para no concederlo será de peso para él, por su situación o por su relación con el otro carácter.
Te suena, ¿verdad?

Layton nos habla (brevísimamente) de la importancia de la actividad en su libro:
“¿Qué hago aquí y ahora? Vamos a detenernos en esta pregunta. Vamos A tratar de no pensar y vamos a “hacer”. Vamos a concretar mi acción en escena. Si en cualquier personaje que vayas a incorporar a tu carrera, no logras contestar esta pregunta de una manera clara y concreta, si como actor no sabes lo que tu personaje hace o quiere hacer en cada momento, estarás perdido y todo tu trabajo carecerá de un soporte real y físico. […] La concentración en cosas concretas, difíciles de resolver y urgentes, te ayudará a vivir el momento a momento y a no anticipar. Anticipar es el cáncer del actor.[…]”

Efectivamente es fundamental que el actor defina todas sus acciones, sus porqués; esto sin olvidar que las circunstancias y el entorno modifican la manera de interactuar con las cosas (no coges igual una taza caliente en invierno que en verano, por poner un ejemplo claro).

Hay que tener en cuenta también, que se pueden encontrar actividades de mayor y menor importancia  para la escena y, por tanto, para el actor y el personaje; esto jamás implica que algunas haya que realizarlas peor o mejor que otras, si no que en las que tengan una mayor entidad, habrá que buscar matices más ricos para dotarlas de una realidad completa.

Entre estas actividades, se encuentra la que podriamos definir como “Actividad Conflicto”, y vendría a ser del tipo que veíamos en aquellas improvisaciones. ¿Un ejemplo?: Un personaje femenino tiene (aun) que encontrar un modelito que le sirva porque le van a venir a buscar (ya) para ir a una cena un tanto sofisticada, de trabajo; es su posibilidad de ascender. Pero ella realmente, no tiene demasiado fondo de armario… ¡¿Cómo combinar algo decente para una ocasión así?! Mientras tanto, irrumpe otro personaje, intimo amigo, que empieza a echarle en cara una conversación que tuvieron ayer por la noche de malas maneras; él quiere solucionar esto ya, por que le está carcomiendo por dentro; ella le aprecia mucho, no quiere hacerle daño, pero de verdad que le van a venir a buscar ya…!

Aquí, sería fundamental para ambos actores tener en cuenta dicha urgencia, en los dos ha de provocar reacciones claras y reales, llenas de matices en las miradas o en la búsqueda de los ojos; en los movimientos corporales; en el tono de voz…
Jamás puede dejarse de lado la necesidad del personaje que está creando/provocando un conflicto dentro del Conflicto.

Generalizando un poco, y para no entrar en tierras farragosas, se ha de decir que cualquier actividad tiene que estar intensamente justificada para el actor, el cual ha de tener claro en todo momento por qué y para qué hace lo que hace, dotando así al personaje de sentimientos reales con todo su entorno y sus acciones (Diálogo Interior).

“Ser natural es la más difícil de las poses”
[Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés]

Un abrazo,
Norma López-Sancho

miércoles, 9 de marzo de 2011

William Layton: ¿Por qué? Trampolín del actor

Cuando estuve estudiando teatro en la escuela "La Lavandería", Carmen, mi profesora de interpretación (y dueña del cotarro junto con su marido Pedro Esparza, otro de mis profes, grandísimos profesionales, por cierto) nos pidió que nos comprasemos el libro de William Layton. Hay que reconocer que el método que divulga el autor es sumamente sencillo y  muy aclarador (actualmente lo estoy leyendo por segunda vez, ya se sabe, que con el tiempo, las ideas en esto del teatro, maduran mucho y hay ciertas cosas, que solo aprendes años después).

Quiero hacer una pequeña reflexión sobre el prefacio [por José Carlos Plaza] que es a su vez lo más básico de todo el libro, el por qué del ¿Por qué?.Cito:

Corría el año 1960 cuando un muchacho de dieciséis años, con el ansia de ser el mejor actor del mundo y con el monólogo de "Hamlet" aprendido de memoria para demostrarlo, entro, casi  por casualidad en un aula de una escuela privada llamada T.E.M. (Teatro Estudio Madrid). 
Sin saber muy a ciencia cierta qué era aquello se sentó y casi inmediatamente un profesor americano, que no se explicaba muy bien a causa del idioma, le eligió para que saliera. Nuestro aspirante a actor, tragó saliva, repasó en su mente a toda velocidad aquello de "Ser o no ser" y se levantó. 
Pero aquel señor no le pidió que representara Hamlet (¡Con lo bien que se lo sabía!) si no que le entregó un papel mecanografiado y le dijo: "Cópialo, mejog que ser capaztú". Nuestro actor, creyendo que aquello formaba parte de algún requisito del ingreso, se esforzó por copiarlo a la perfección. Cuando estaba haciéndolo, otra de las personas de la clase se le acercó y le pidió cien pesetas. Naturalmente, se las dio pensando que era parte de la matrícula o algo así.
En ese momento el señor americano le dijo:
- ¿POR QUÉ? ¿Por qué te ha pedido las cien pesetas?
- No sé - le contestó.
"La próxima vez, en tu próximo ejercicio, averigua el porqué" [...]

Lo que promulga este libro, a parte de las diversas técnicas/etapas que facilita Layton, es estar en escena con esa novedad y esa frescura de que lo que se vive, se vive AQUÍ y AHORA. 
Independientemente de que haya horas de ensayo por detras; un texto y unos movimientos pactados. Uno tiene que hacer tan suya esta técnica de la observación del entorno para así poder mirar todo como si fuera la primera vez, de hecho, lo es.

Inicialmente ,esto lo aplica a las improvisaciones, comenzando desde tus propios sentimientos y conflictos, sobre los que insiste, han de ser al principio cercanos a uno, que los puedas "oler" y "palpar", para después ser capaz de hacer tuyos otros sentimientos y conflictos mucho más lejanos para el actor.
Para poder lograr interiorizar este modo de vivir el teatro Layton plantea un método jugando con la improvisación, pero ya desde el punto de vista del "problema" del personaje, muy interesante para plantear en los ensayos iniciales y, de paso, romper el hielo (definitivamente) entre los actores. Esto ya quizás para la próxima vez.

En ese prefacio y más concretamente, en eaquellas palabras de Layton en el ejercicio con el joven actor, creo que pone sobre la mesa un grandísimo concepto trazado en apenas una mínima escena. A veces el actor se olvida de que está, insisto, "jugando"(como se dice en todos los idiomas, excepto en castellano) y se limita a recitar una serie de palabras acompañadas con sentimientos memorizados que finalmente, se convierten en algo vacío y, como todo el mundo sabe, el Público lo ve todo, y aunque está ahi por que está dispuesto a que le engañen, no es fácil hacerlo, hay que esforzarse mucho (pero sin que se note eh!)

El vivir sinceramente, aqui y ahora sobre el escenario, son las herramientas fundamentales del actor (suena fácil, pero todos sabemos que no lo es)

Cuando vives tu realidad, estás con tus amigos, tu familia, o realizando alguna gestión, siempre observas; sobre todo, cuando tratas de obtener algo (ya sea atención, un favor, un papel.. etc). Lo primero que haces es ver en que modo está la otra persona para definir una estrategia de "ataque".
O cuando una persona te está contando una historia sientes algo, ya sea sea compasión, rabia, indiferencia (dependiendo también de la relación con esa persona) y como estas, miles de reacciones en variantes infinitas de situaciones que, en la vida, sale de manera natural, pero que en el teatro se consigue a base de mucha práctica y mucha interiorización ("El diálogo con uno mismo/Diálogo interior", del que también se puede hablar más adelante).

Todo esto no solo para no anticipar, si no para dar esa sensación de que lo que pasa, está ocurriendo AQUÍ y AHORA, por primera vez, por que de hecho, está ocurriendo aquí y ahora, por primera vez.


Un abrazo,
Norma López-Sancho



miércoles, 2 de marzo de 2011

Inaugurando nuevo blog

Bueno, al fin puedo inaugurar mi nuevo blog para poder hablar sobre las percepciones que me aporta el mundo de la interpretación.

Aquí habrá cabida para todo tipo de reflexiones al respecto de este mundillo.

Inicialmente pensaba crear uno títulado "Crítica Constructiva" pero me parece que nos va a cerrar el circulo demasiado, no dejando dar rienda suelta a todas las sensaciones y puntos de vista sobre métodos, ayudas e incluso obras (tanto de cine como de teatro).

Espero, con esto, poder crear un punto de encuentro para todos los que nos apasiona este mundo y queremos seguir aprendiendo y siendo conscientes de nosotros mismos para poder aportar lo mejor a nuestros personajes.

Un abrazo a todos,
NLA